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En este detallada infografía, se ha recopilado las patologías más frecuentes que se abordan desde Neurorrehabilitación. Es una práctica guía con todo lo que necesitas saber acerca de la etiología, diagnóstico o desarrollo de enfermedades como; Lesión Medular, PCI o ACV.
Además no podían faltar claves para el tratamiento neurorrehabilitador basadas en la práctica clínica. Esperamos que os sea una herramienta útil y que la exprimáis al máximo.
En España existen entre 200-500 mil personas con lesión medular y se producen unos 1.000 – 1.200 nuevos casos al año según la OMS.
La causa principal es la traumática, generalmente consecuencia de caídas, accidentes de tráfico o accidentes laborales.
La lesión medular (LM) se define como un proceso patológico de etiología variable que tiene como consecuencia la alteración temporal o permanente de la función motora, sensitiva y/o del sistema nervioso autónomo.
La lesión medular es la consecuencia de la interrupción entre la médula y estructuras superiores. Esta interrupción en la comunicación supone una serie de limitaciones principalmente motoras y sensitivas, aunque en ocasiones también vegetativas según el nivel. Estas alteraciones se producen por debajo del nivel lesional.
En este tipo de patología, como en cualquier otra, será necesario realizar un diagnóstico correcto. Los pacientes suelen acudir a consulta por debilidad muscular o pérdida de sensibilidad.
La etapa aguda en la LM es un proceso dinámico, por lo que la lesión puede evolucionar de incompleta a completa, o afectar a más o menos niveles.
Es necesario llevar a cabo una buena anamnesis, exploración física y las respectivas pruebas complementarias para llegar a realizar un diagnóstico precoz y correcto.
La sintomatología y la clínica dependerá directamente del grado y nivel de la lesión. Según la zona medular más afectada la sintomatología será predominantemente:
Es necesario realizar un buen diagnóstico ya que la clínica y el abordaje terapéutico será diferente en una LM consecuencia de un tumor, que otra consecuencia de un absceso infeccioso o por compresión.
También será necesario realizar un buen diagnóstico diferencial con diversas patologías de origen central como la esclerosis múltiple, la ELA, o enfermedades de la primera motoneurona.
Aun así, se debe tener en cuenta que si se afecta la médula espinal, en cualquier circunstancia el paciente debe ser abordado como un lesionado medular. (Aspaym, 2013)